Hay muchas formas de demostrar cariño, pero uno de los lenguajes que mejor domino es el de la fotografía, y quise mostrarle a mi mamá y hermana que las amo mucho y las aprecio, así que las invité a hacerles unas fotitos.
Mi hermana es una mujer muy natural en todos los aspectos, su personalidad es muy pura, no tiene nada poses ni pretensiones, y tampoco usa mucho (casi nada mejor dicho) maquillaje. Cuando llegó a la casa la senté y amablemente la obligué a que me dejara maquillarla solo un poquito para las fotos, le prometí que solo resaltaría lo bonita que es y ¡se dejó! Mi mamá si llegó pintada, solo le di unos retoques muy leves.
Como verán, otra de mis grandes pasiones es el maquillaje, quisiera tomar cursos y cursos para poder ofrecer paquetes, aunque sea de maquillaje sencillo 🙂 ¡sueños y más sueños!
Las sesiones familiares que hago suelen ser al aire libre pero tenía ganas de experimentar este tipo de fotos en estudio, donde no tuviera el apoyo de paisajes bonitos u elementos naturales y de color en los que apoyar la foto. Estaba segura de que saldría algo padre pero no imaginaba que tanto.
¡La verdad me encantó el resultado! Aunque es un fondo gris, se siente mucha vida en estas fotos, hay emociones reflejadas en las imágenes por lo que ellas estaban proyectando. Jugamos mucho mientras tomaba las fotos y ellas lograron soltarse y salir relajadas.
La idea era que también saliera mi hija pero ese día no logramos hacer que se cambiara, que sonriera o que se dejara hacer algo. Y tampoco quise obligarla mucho porque si no quiero que nadie la obligue a hacer algo que ella no quiera, pues creo que debo de empezar por yo respetar sus decisiones, claro, cuando no intervenga con su salud o educación.
Fue una experiencia muy bonita que quiero repetir con la familia de mi esposo también, y de nuevo con mi mamá y hermana, pero que ahora la Camila si coopere para que las fotos familiares estén más completas.